No soy muy aficionado a leer artículos de opinión en los diferentes medios escritos, ecepto los domingos, cuando adquiero varios de ellos, que no son muchas las veces. Aunque considero son el termómetro en todos los parámetros de cualquier país. Incluyendo el nuestro, donde podemos ajusticiar a cualquier persona, menos a nuestra mujer. Es significativa la forma precisa, certera, analítica, del dominio vasto del tema a tratar., Y apúntele todos los calificativos inherentes a la materia, donde a diarios, calificadas plumas se apersonan ante nuestros ojos a través de la prensa escrita. En ésta gran variedad de temas, sin duda muy buenos y de alto perfil literario, dejándonos gratas impresiones al lector. Siempre he puesto especial atención a los temas agrícolas, por estar muy vinculado desde joven al referido sector. Es sumamente difícil para nosotros los venezolanos, pasar de país importador a país productor, por una sencilla razón: perdimos la cultura de sembrar, cuando sabíamos el día preciso de la siembra para prender el tractor o quedarnos en el rancho, y con la mujer, e íbamos macheteando el conuco. Y a lo largo del tiempo se fueron perdiendo esos valores. Si conocemos el campo, es a través del vidrio de nuestro lujoso automóvil, en uno de esos viajes a un resort en el interior del país, con todos los gasto liberados, por haber sido el vendedor destacado del mes, de la trasnacional del GEL PUNCK- PUNCK, donde EL puerco Espín mas apuesto se moriría de la envidia, por no tener un peinado así, producido por el GEL PUNCK-PUNCK. Mil veces, quizás sean pocas, he leído, escuchado en voces de amigos bebedores de aguardiente, de esquineros de oficio, de la carajita que se para todas las noche frente a la farmacia, menos los Domingos, políticos o aprendices a la profesión, de quien es la culpa de no tener una prospera agricultura.: cada quien da su mejor versión, atinándoles con mucha similitud en el mismo norte con que se han venido expresando literalmente en los últimos cuarenta años nuestros más connotados articulistas. Dos venezolanos de excepción: Pérez Alfonzo y Uslar Prieti, el uno estadista y el otro escritor, a través de muchos medios nos remacharon ésta frase:” hay que sembrar el petróleo “y nosotros antes de morir, en la tertulia, dejaremos muchos frascos de licor sobre la misma mesa. Sin saber dónde estaba la rueda mala de la carreta.-
jueves, 6 de mayo de 2010
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