con Virgilio León
Un poeta de la 106 de calicanto
Dedicatoria
A la señora de 88 años, Pina Puppio que viernes a viernes de bastón y cabellos blancos, atraviesa la 106 de Calicanto, y ahí muy cerca de su casa a las sombras del samán, compra a los colonieros de Tovar, frescas frutas y olorosas flores., Ella es mi madre y también de mis seis hermanos.
Del arrejunto mágico con Carmen Fuentes, nacieron Elisa Virginia, Daniel Virgilio y Javier Virgilio en los días de febrero, 26, 25 y 27. mucho después, por ahora han nacido, Mariangel, Eva Sophia y Gabriella Valentina, ellas mis nietas, eso es por ahora.
A Sara Otálvaro de Fuentes. una bella señora.
A la memoria de mi hermano Roberto león, periodista. muy avocado a la palabra.
A la memoria de mi hermana Dulce María León, ( la nena ).
Al Majomo que a diario con sus sombras aprisiona la palabra en ésta casa sobre el cuarzo blanco.
Fotografías de Daniel Virgilio León Fuentes.
A un narrador
"Advertencia" de Juan Ramón Jiménez
Platero y yo es una narración lírica de Juan ramón Jiménez que recrea poéticamente la vida y muerte del burro platero, dedicado «a la memoria de Aguedilla, la pobre loca de la calle del sol que me mandaba moras y claveles» y formada por breves capítulos. Es muy célebre el primer párrafo:
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro. Lo dejo suelto y se va al prado y acaricia tibiamente, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... lo llamo dulcemente: ¿platero?, y viene a mí con un trotecillo alegre, que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...
LA BOHEMIA EN UN VIAJE (Los poemas de Virgilio León)
El poeta viaja por los misterios de la noche, libando en soledad o fraternal compañía, adorando la visión de la luna que cada noche lo acompaña. Se da cuenta de que “es imposible saber cuántos grillos duermen a la noche”. Rememora una presencia, a “ella vestida de recuerdos / en calle polvorienta / de un pueblo lejano / lleno de palmares / con techos de cinc…”
La poesía de Virgilio León, el poeta de la calle 106 de Calicanto, plantea un viaje por las experiencias de la vida, las recrea a través de la palabra, porque Virgilio sabe, como su homólogo latino que la vida es un viaje que culmina en el hades.
Por eso invoca en la madrugada las querencias, los recuerdos, está atento a los matices que rodean el silencio que cubre la ciudad: “4:42 de la madrugada.- este aroma de naranjo y jazmín se presenta / extrañamente / quiero decir misteriosamente / llegó breve ese día / diría hace tres meses agradable / por aquí anda suave y tranquilamente / ahora se aleja lentamente / a veces pienso si los aromas tienen alma / y cuando están en pena / buscan a un loco que les escriba.”
Este poeta que observa el mundo a través de la ventana se recrea a sí mismo en sus sueños, y recrea la imagen de lo femenino perdido en un tiempo onírico pero vital. La bohemia de la vida, el viaje poético al que nos invita Virgilio León, es una propuesta impregnada de una pasión embriagante por el movimiento de la existencia y sus misterios. Poesía de la realidad y de la nostalgia, de fraternidades etílicas y de amores imaginados, de trasnochos soberanos bajo el cenit de la luna, poemas llenos de encuentros y despedidas:
La poesía que ahora escribo
en estos días lluviosos
en barquitos de papel
se aleja a la orilla de mi casa
llevándose tu nombre…
Presumido.
El toro erigido en el bronce en los alrededores de la Maestranza Cesar Girón de Maracay, quien por su fiereza y casta fue vaciado por las manos del escultor.
En las noches de la Bohemia luego de agotar en el Molino o en el Rincón Sabroso las copas del día, me veo obligado a pasar a un lado de presumido en mi retorno a casa, quien impaciente me espera sobre su pedestal, yo tratando de calmar su bravura le canto con mi guitarra entonando ésta canción.
“ el toro y la luna "
La luna se estaba peinando
en los espejos del rió
y un toro la está mirando entre la jara escondido
cuando llega la alegre mañana
y la luna se escapa del rió
el torito se mete en el agua
embistiendo al ver que se ha ido
y ese toro enamorado de la luna
que abandona por las noches la manada
y es pintado de amapolas y aceitunas
y le puso campanero el mayoral
los romeros de los montes le besan la frente
las estrellas y luceros lo bañan de plata
y el torito que es bravío y de casta valiente
abanicos de colores parecen sus patas.-
Canción anónima.